¿Qué sucede cuando tomas una tarta de fresa, después de una tarta de chocolate blanco y de unas magdalenas con trocitos de chocolate? El efecto que provocaría digerir todo ese aluvión de comida es igual de compatible que el efecto que provocaría ver 'Mirror, Mirror'.
Aromatizada a más no poder. Una historia de los hermanos Grimm destrozada hasta decir basta. A veces tan fiel a la obra que se hace aburrida, y otras veces, tan poco fiel a la obra que te entran ganas de salir corriendo o preguntarte ¿Esto qué es?. Predecible desde el primer momento. En ocasiones es incluso incoherente: no sabes quién es realmente la protagonista, si la desdichada o afortunada Blancanieves o la Reina.
Un film con una sola línea argumental; cosa que se entiende si fuese una película de hace 30 años..., pero hoy en día el público se aburre a los 15 minutos. Y en efecto, así ha sido. Aburre hasta a los muertos. Se salva, y tampoco estoy muy seguro, el vestuario...que en ocasiones parece sacado de una película de Almodóvar, y otras veces parece un amago de querer ser Tim Burton.
Los personajes no dan ni una; nunca llegas a saber si son buenos o malos, son una especie de híbrido entre buenos y malos que van cambiado a lo largo de la historia.
Sin duda, una mala inversión, pues tendrá éxito los días de sus estrenos pero luego el boca oído hará que la taquilla baje. Si es que no se puede aprovechar esta manía que le ha entrado a todo el mundo de adaptar de cualquier forma cualquier libro.
Por cierto, vale la pena quedarse hasta el final para escuchar la canción, es cuando dices ¡Basta! ¡Me voy!
Trailer de 'Mirror, Mirror'
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