4.02.2012

Semana Santa, festín de hipocresía


Me voy a arrepentir de escribir sobre la Semana Santa, lo sé...

Siempre, cuando no tengo las cosas claras, pongo en la antesala de cualquier comentario mío el Perspectivismo de Ortega y Gasset; que venía a decir algo así como que el concepto de cualquier cosa será más absoluto siempre que se cuente con todos los conceptos posibles. Pues la Semana Grande necesita muchas miras para ser comprendida...

Es hablar del sentir más hondo de cualquier apasionado por esta cultura, religión. Aunque los años pasan y el mundo cada vez se hace más duro, cruel e incluso inútil afectando a los conceptos, a los ideales de mucho. Antes, en sus tiempos - no sé cuáles exactamente- la procesión era un recorrido de culto, de sentir de verdad pero ahora parece un mundo oscuro, extraño

No valdría la pena hablar de un sinfín de imágenes que tachan la Semana Santa, pero es necesario. No entiendo, espero algún día entenderlo, cómo chicas jóvenes divisen desde lo lejos cómo baja los pasos con sus shorts cortísimos...¿Esto es la austeridad de las que nos hablaban? Viva la libertad, viva andar en bolas si quieres, hasta que te detenga la policía. Viva la libertad, pero no comulgo con ese concepto de creerte creyente, de procesar con esta religión y salir 'casi en bolas', dándole más importancia a tu lúcido cuerpo que a lo realmente importante: la historia, la procesión, los pasos, los cofrades, los nazarenos, los sudores y lágrimas del verdadero sentir. Y puesto a decir, hablemos...

No creo, mira que soy agnóstico, que esas personas que invirtieron su tiempo en levantar los pesados pasos sean todas buenas personas. Personas que ayudan al prójimo, jóvenes costaleros que no insultan a sus compañeros, a sus vecinos del barrio, no creo en eso, no creo. La bondad, el respeto, los ideales más profundo de una Biblia -que pocos habrán leído- es un manual de civismo en muchos aspectos, no en todos. Dicho manual, desgraciadamente y según mi opinión, está muy despreciado por esas mismas personas que en esta semana, Semana Grande, se olvidan de todo y se vuelven auténticos angelitos. No comulgo ni comulgaré con la hipocresía

Perspectivismo, entre todos podremos llevar a unas conclusiones, a un auténtico concepto de lo que es realmente la Semana Santa.  

Por cierto, no soy creyente, ni me gusta la Semana Santa, pero para muchos esto es un auténtico placer

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